La primavera ha venido y sabemos cómo ha sido: porque toca, como todos los años. Es la estación más cantada por los poetas, no me olvido de ello. Y como el color inunda el campo y las calles, es el momento de explosiones de alegría. Así que para compensar, les he traído un vídeo con el Concierto para violonchelo y orquesta de Elgar, interpretado por Jacqueline du Pré, dirigida por su marido, Daniel Barenboim. Me gusta más la versión en la que el director de orquesta es John Barbirolli, pero no existe vídeo de la misma, y en cambio en esta podemos ver a la extraordinaria chelista interpretando esta obra. Su técnica, dicen los expertos, no era demasiado ortodoxa, pero el resultado es de una intensidad emocional apabullante.

Supongo que conocen la terrible historia de esta malograda intérprete, enferma de esclerosis múltiple. Dicen sus biógrafos que, cuando estaba ya imposibilitada, a veces pedía que le pusieran alguna de sus grabaciones de este concierto y lloraba amargamente mientras la escuchaba. Hace ya unos cuantos años entrevisté a Barenboim y le pregunté si había logrado con algún intérprete la identificación, la comunión espiritual y artística que había conseguido con ella. “He alcanzado con otros músicos un entendimiento completo, pero no he hallado un talento como el suyo”, me respondió.

Disfruten de la música, aunque sea más bien triste. La primavera les compensará con algo de alegría.