Nora Ephron es conocida entre nosotros sobre todo por su labor como guionista. Suyos son los guiones de Silkwood, Tienes un e-mail, Algo para recordar, Se acabó el pastel o Cuando Harry encontró a Sally. Algunos de esos trabajos partían de libros que ella misma había escrito. Y algunas de las películas también las dirigió. Además, trabajó como periodista, hizo pinitos como dramaturga e incluso como productora de cine. En sus trabajos destacan siempre los diálogos afilados, la facilidad para reflejar la vida real y un humor inteligente que no siempre puede ocultar una visión a veces algo amarga de la vida.
No me gusta mi cuello es una colección de textos en los que la autora habla de todo o de casi todo: del envejecimiento (ahí está el que da título al volumen), de la adolescencia de los hijos, de los divorcios, de la vida en Nueva York, del cuidado del pelo y de las uñas, de las recetas de cocina y su proliferación en todos los ámbitos. Y de su paso como becaria por la Casa Blanca, en tiempos de Kennedy como presidente. Ese capítulo, muy breve, aporta algunas reflexiones llenas de humor:por ejemplo, la de que fue la única becaria con la que el presidente no intentó acostarse. Y no ahorra algún apunte crítico: ¿lo hizo por ser ella judía? La pregunta se la hace porque en la lista de amantes más o menos verificadas del presidente no hay ninguna judía.
Un texto brillante, que rebosa inteligencia y resulta divertido aunque al lector no le interesen en principio algunos temas que trata. Pero el estilo desinhibido y lúcido te gana desde la primera página.
(Publicado en elcorreo.com)