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César Coca

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Juanjo Mena, en Berlín

Ustedes lo han leído hoy en EL CORREO: Juanjo Mena ha sido invitado a dirigir la Orquesta Filarmónica de Berlín en la próxima temporada. Exactamente, en mayo de 2016, y con un programa que incluye obras de Debussy, Ginastera y Falla. Ningún otro director vasco se ha subido al podio de esa formación, la orquesta de Karajan y Furtwängler, y solo cuatro españoles lo han hecho antes con anterioridad. Mena lo ha logrado.

No quedan demasiado lejos los tiempos en que dirigió la Joven Orquesta de Euskal Herria y la Sinfónica de Euskadi como director ayudante de Gilbert Varga y Mario Venzago. En la Sinfónica de Bilbao estuvo nueve años como titular y de ahí, tras un paréntesis en el que no tuvo formación fija y estuvo trabajando como invitado, llegó el salto a la Filarmónica de la BBC, donde sigue. En medio, ha sido principal director invitado en Bergen y en varias orquestas y teatros europeos.
Nadie duda de que Mena tiene el talento necesario para llegar hasta donde ha llegado. Al talento ha sumado el trabajo y el diseño de una carrera paso a paso, sin buscar atajos ni hacer concesiones. Uno de sus lemas ya cuando estaba en Bilbao era que lo importante no es tanto que te inviten a dirigir una orquesta como que repitan la invitación. Las grandes de EE UU ya le han invitado más de una vez.
Quiero pensar que en la Diputación foral de Bizkaia la noticia de sus conciertos en Berlín ha dejado un regusto agridulce. Dulce porque es un vasco llegando a lo más alto. Un músico que además nunca olvida su paso por la BOS como una etapa crucial en su formación. Pero al tiempo agrio porque la Diputación, como institución mayoritaria en el patronato de la BOS, no se portó con él demasiado bien. Sobre todo al final de su estancia. Nunca lo dijo en voz alta, pero Mena no congenió con Josune Ariztondo, la diputada de Cultura, que alguna responsabilidad tuvo en su despedida. Mena se iba a marchar, eso era evidente, pero la torpe actuación de la diputada aceleró su salida. Y también ayudó a que tomara la decisión la absoluta indiferencia que siempre ha mostrado el diputado general, José Luis Bilbao, respecto de la orquesta. El director alavés solía comentar en privado que creía no haberlo visto nunca en un concierto de la BOS. A su sucesor, Gunther Neuhold, le pasó lo mismo.
Quizá esta mañana, al leer el periódico, Ariztondo y Bilbao han sentido esos sentimientos contradictorios de los que hablaba. Significaría que, al menos, en su interior reconocen el gran error que cometieron con Mena. Aunque también puede pensarse que para él fue una suerte que indirectamente lo invitaran a marcharse.