Terminamos este miniciclo de músicas otoñales con el Preludio Nº 15 de Chopin, subtitulado La gota de agua. El músico polaco lo escribió durante su estancia en Mallorca (que fue en invierno y no en otoño, pero ese es otro cantar), al parecer inspirado en el sonido de las gotas de agua en el tejado de su celda en la cartuja de Valldemosa, en un día de lluvia. Cada uno de los 24 preludios está escrito en una tonalidad distinta (este, en re bemol mayor) y son muy breves, porque van desde poco más de 30 segundos a algo más de cinco minutos. Este es de los más largos. Y no es difícil imaginar un día de lluvia en un parque y las hojas muertas en el suelo mientras escuchamos esa melodía insistente…
¿Y qué versión? Pues la de Maurizio Pollini, que son palabras mayores.