La política española, de natural desabrida, prescinde de sutilezas y de síntomas de poso ideológico. Gustan más los exabruptos. Rara es la semana que no se llama a alguien traidor. “Mariano, traidor”, gritaban en la manifestación de víctimas del terrorismo. “Desgobierno de traidores”, además de “Rubalcaba papanatas” decían las pancartas. La mala uva está a […]