Hay decisiones que son como para darse palos a uno mismo. Como mañana actúan Europe en la Santana 27 de Bilbao y ya he terminado más o menos mi jornada laboral, se me ha ocurrido la idea de buscar en YouTube versiones de su clásico ‘Final Countdown’, con el objeto de demostrar a un mundo indiferente hasta qué punto este tema se incorporó a la cultura popular. Brillante iniciativa, ¿verdad? El resultado es que tengo un dolor de cabeza del quince y no puedo dejar de silbar la famosa melodía de teclados, ya saben cuál les digo, la de tara-tata taratatatá. Y no sólo eso: los compañeros más cercanos han captado ecos procedentes de mi ordenador y también la están silbando, tarareando, cantando incluso, con lo que esta sección de periódico habitualmente seria se ha convertido en un grupo de colegialas de 1986.

En fin, la canción siempre fue pegadiza y, además, tiene algo que estimula la creatividad más plebeya. En la sociedad española de hace veinte años, todavía más ignorante del idioma inglés que la actual, se escuchaban en los bares versiones peregrinas del estribillo como «estofado en salsa» o -en Euskadi- «es tu padre ertzaintza». Y YouTube recoge otras muestras de esta caudalosa tradición. Además de la original y del fantástico cover de Laibach (ya lo recomendé, cómo me repito), uno se topa con el ‘Te peto el cacas’ de Gigatrón (disfrútenlo aquí con imágenes de los Europe de verdad) y con miles de interpretaciones alucinógenas: el coro neoyorquino Mass Transit, los mozalbetes Iron Gaymen dando toda una lección de experimentalismo, el belcantista de vanguardia Gennaro Cosmo Parlato, el fado irónico de Pionés, una especie de islandeses flamencos sin nombre, un flautista de ojos saltones, unos fetos gemelos y, en fin, cientos de guitarristas suburbanos esforzándose por reproducir el solo. Me están dando ganas de grabar un vídeo de mis compañeros y subirlo, para que les vean menear las greñas perdidas.