El final del verano tiene algo bueno: comienza la temporada musical. Solo la música nos puede compensar por lo que supone la llegada del mal tiempo, unos ritmos más intensos de trabajo, los madrugones, las preocupaciones… En Euskadi, la temporada se abre este sábado y es la ABAO la encargada de levantar el telón con Don Carlo. Y con polémica por las quejas a cuenta de las malas condiciones de los ensayos, sobre todo por falta de tiempo. No es una novedad, puesto que la temporada ya cerró con problemas del mismo tipo. Es lo que tiene ser un cliente cautivo -y la ABAO, como la BOS, lo es-, que no siempre te tratan tan bien como si tuvieran que pelear la renovación del contrato.
Pero no quería hablarles de los problemas entre la ABAO y el Euskalduna, que merecerían un texto más largo. Solo pretendo recordarles que ya pueden disfrutar de la música (clásica) en vivo, después de un paréntesis muy largo, en el que únicamente quienes se han acercado (o viven) en San Sebastián y Santander han dispuesto de alimento para sus espíritus melómanos. El resto, y aquí incluyo a quienes residen a muchos kilómetros a la redonda, ha estado a dieta de grabaciones. Amigos, comienza el festín.