Día completamente otoñal. Llueve, hace fresco y las hojas de los árboles empiezan a tapizar las aceras en las ciudades y los caminos en el campo.
Hay músicas que asocio a ciertos momentos, a algunas imágenes. No son, en general, las más típicas. Quiero decir, que no les hablo del tercer concierto de Las cuatro estaciones, por más que me parezca muy hermoso. Por razones que no alcanzo a entender, pero que seguro que tienen que ver más con las sensaciones y el momento vivido, relaciono siempre estos días con el tercer movimiento del Concierto de Brandebunburgo Nº 4 de Bach. Aquí se lo dejo. Quizá también a ustedes les parezca apropiado como banda sonora de este día que parece situarnos ya tan lejos del verano y las vacaciones.