>

Blogs

César Coca

Divergencias

Por Kike Turmix. Homenaje y concierto

Quienes tengan unos cuarenta años y hayan pisado el Casco Viejo se
acordarán de Kike Turmix, también apodado de otras formas que no voy a
recordar porque se trata de hacerle un homenaje, a él y a una época. Yo le vi en Barrencalle tocando la dulzaina, luego con banderas de troskista en grupos minoritarios dentro de los troskistas, que ya es decir, más tarde de punk y luego de rockero de garaje. Bilbao, a qué negarlo, siempre ha sido una ciudad un poco estrecha y Kike tenía un desparpajo demasiado ancho como para quedarse aquí. Fue al Madrid de la Movida y, de alguna manera, triunfó. Ponía discos y copas en La Vía Láctea,
en la calle Velarde, enfrente del Pentagrama. Formó grupos como N 634 y
Pleasure Fuckers, testimonio de un estilo de vida rocker sin
concesiones. A muchos bilbaínos que a veces le mirábamos con una
estúpida sonrisilla por Barrencalle nos habría gustado hacer lo mismo.
Como muchos de vosotros sabéis, Kike murió hace un par de meses de
un cáncer de hígado y el próximo sábado, día 25, hay un concierto de
homenaje en la sala Jam de Bergara. Hay que ir
. Como me decía el
gran Luis Landero hace poco, si matas tu juventud, te vas al carajo, te
conviertes en un muermo sin interés. Él lo sabía cuando escribió una de
las mejores novelas españolas del siglo XX, Los juegos de la edad
tardía. Y quien no ha tenido juventud, pues peor para él. Kike no sólo
no renunció a sus años juveniles: hizo de ellos su estilo de vida. Se me permita un poco de nostalgia.
Porque entonces la juventud no eran marcas de pijo, ni coches tunning
para estamparse por ahí ni curros finos para empufarse en la hipoteca. Era vivir, conocer, amar, aprender, olvidar, y jugar a ser Baudelaire. Que no es poco.
Eran tiempos en que un grupo podía cantar lo del ayatola no me toques
la pirola y la gente no se moría de miedo, sino de risa, mientras
bailaba dando saltos. ¿Quién no diría que no hemos perdido libertad y
descaro?
Va por Kike.

Temas