El lunes se cumplen cien años de la muerte de Alexander Scriabin, uno de los compositores más originales y extravagantes de todos los tiempos. El sábado pasado escribí un texto largo sobre este músico en nuestro suplemento cultural Territorios, así que no voy a repetirme. Lo que les propongo para este fin de semana es una obra de juventud de este autor ruso, que compartió profesores con Rachmaninov y fue también alumno de Taneyev, que a su vez lo fue de Chaikovski. Se trata del Estudio op. 2 Nº 1, una obra que tiene una evidente influencia de Chopin.
No es, por supuesto, su partitura más famosa. Ese título recae, sin duda, en El poema del éxtasis, que tiene un crescendo y un clímax verdaderamente brutales. Pero me parece que esta pieza de apenas dos minutos y medio es de una gran belleza y puede hacer que quienes no conocen aún la música del compositor ruso se interesen por ella. Se la dejo en la versión de Vladimir Horowitz, uno de los grandes intérpretes de Scriabin. Aquí le ven ya en sus últimos años, tocando esta música como si no exigiera esfuerzo alguno. Aprovecho para recomendarles la recopilación de sus grabaciones de música de Scriabin que acaba de lanzar Sony. Una joyita.