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César Coca

Divergencias

Un libro cada semana: 'Crímenes que no olvidaré' de Alicia Giménez Bartlett

Nadie discutiría que el thriller necesita de un largo recorrido. La aparición de un cadáver, la irrupción de los policías en la escena, la investigación, los interrogatorios y el proceso entero hasta la resolución del caso parecen conducir a novelas de varios centenares de páginas en las que se cuenta todo con el detalle y la tensión que el género requiere.

Alicia Giménez Bartlett demuestra en este libro que no tiene por qué ser siempre así. Crímenes que no olvidaré es una recopilación de nueve relatos cortos (30-40 páginas en todos los casos), escritos casi todos en los últimos dos años, en los que los dos personajes centrales en su serie detectivesca se enfrentan a la investigación de casos bien diferentes. Todo está planteado y resuelto en tan pocas páginas, que da que pensar sobre las paginaciones muy voluminosas de tantas novelas que cuentan historias de menor complejidad.

Petra Delicado y Fermín Garzón son personajes con los que el lector está tan familiarizado que la autora puede permitirse dar algunas cosas por sabidas. Ambos aprovechan los casos para explicar su visión de la familia, el amor, la pasión, el acoso sexual, la juventud, la vejez, el matrimonio y el dinero. Hay en sus opiniones –y, por encima de todo, en la voz narrativa, la de la propia inspectora Delicado– un humor desinhibido y un punto surrealista, que sirve de contrapeso a la sordidez de muchos de los casos que tienen entre manos.

En esta serie de relatos, el lector encuentra a la inspectora Delicado investigando en un hospital el día de Navidad, adentrándose en el mundo confuso de las relaciones juveniles en un instituto, enfrentándose al terrible crimen de un tipo turbio achicharrado en una sauna… Historias que servirían para guiones de una serie de TV, del estilo de la que ya protagonizaron Delicado y Garzón hace quince años, poco después de que los personajes nacieran de la pluma de Alicia Giménez Bartlett.

El contrapunto es el más ingenuo y divertido de los cuentos, en el que la inspectora se va a un hotel de playa con los tres hijos de su marido. Todos juegan a policías en una trama leve, pero lo más interesante del relato es el tira y afloja de los muchachos con la esposa de su padre, una escena que es cada día más habitual en la España del siglo XXI. Y esa es otra virtud de los relatos de Giménez Bartlett: su ambientación en un espacio y un tiempo reconocibles, en los que cualquier lector encuentra su sitio sin dificultad.

 

(Publicado en elcorreo.com)