Esta semana les propongo la Sinfonía Nº 4 de Mahler, que figura en el programa de la Orquesta Sinfónica de Bilbao (BOS) en su temporada de abono. Mahler escribió esta sinfonía, una de las más cortas de su colección, en los veranos de 1899 y 1900. Mahler era un compositor de verano porque el resto del año dirigía  (en ese momento, la Filarmónica y la Ópera de Viena). Para escribir, se retiraba a una casa que tenía en los Alpes. Allí, junto a la casa, había una especie de garita en la que se encerraba al amanecer y en la que escribía música hasta la hora de la comida. Por la tarde, paseaba por la montaña. Así lo hizo durante varios años. En 1901, siguiendo su costumbre, inició la Sinfonía Nº 5. Pero ese otoño conoció a Alma Schindler y eso fue una revolución tal en su vida que muchas de sus costumbres cambiaron. Aunque no la de escribir en su garita. De hecho, el primer verano de la pareja escribió el maravilloso Adagietto de la Quinta. Esta música que hoy escuchamos (los movimientos 3 y 4 de la sinfonía, sobre todo el 3) parece preludiar la atmósfera y la melodía de ese Adagietto.

Les dejo la versión de Leonard Bernstein con la Orquesta Filarmónica de Viena, que dirigió el propio Mahler. Palabras mayores.