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César Coca

Divergencias

Omertá en Iruña-Veleia


El caso de Iruña Veleia empieza a resultar bastante escandaloso. Veamos. La empresa que excava las ruinas de la antigua ciudad romana anuncia que ha descubierto un yacimiento de cerámicas que pone en entredicho los conocimientos existentes hasta la fecha sobre la historia del Cristianismo, sobre los jeroglíficos egipcios y sobre la propia historia del euskera. Las instituciones, con Euskotren -financiador de las excavaciones- brindan por el descubrimiento. “Aparece la cuna del euskera”. “Autoridades del Vaticano acudirán a Alava a visitar el yacimiento”, exclaman algunos.

Pasa el tiempo, y la mayoría de los expertos empiezan a dudar. Algunas voces comienzan a hablar de estafa. La última, la de Martín Almagro Gorbea, catedrático de Prehistoria de la Universidad Complutense y miembro de la Academia de la Historia. En la tremenda entrevista de Mari Jose Carrero, Almagro no puede ser más claro. “O es una broma o una estafa”.

Y mientras tanto, los directamente concernidos, guardan silencio. En la anterior ocasión en la que alguien habló de fraude, los responsables de las excavaciones, se quejaron porque se había roto el “pacto de confidencialidad”. Es decir, porque no se había respetado la ley del silencio. Es decir, los ciudadanos no tienen derecho a saber qué ha pasado y qué esta pasando. ¿Conocen a alguien al que le llamen estafador y guarde silencio? Me refiero a alguien inocente, claro. Los trileros de la foto, por ejemplo, sin son descubiertos negarán incluso que en algún momento de su vida hayan tocado una baraja o siquiera estado a menos de un kilómetro de distancia de un naipe.

Este documentado blogero , por ejemplo, lo dice bien claro: o se querellan por difamación o acuden a los tribunales para aclarar el hallazago. Pero no, la Diputación sólo guarda silencio.

Como dice un amigo mío, a este paso habrá que preguntar a los taquilleros de Euskotren a ver si ellos saben algo de Iruña-Veleia.

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