Es alucinante como durante la guerra fría las grandes potencias mundiales dilapidaban dinero en máquinas de guerra inservibles.
Estamos acostumbrados a leer historias USA, pero en este caso os escribiré sobre el otro lado del telón, la URSS.
Entre otros proyectos, la URSS, dilapidando ingentes cantidades de dinero en la creación de una especie de enorme taladro tripulado, para transportar explosivos y tropas de élite (pasando bajo tierra) para aparecer, por sorpresa, detrás de las líneas enemigas.
El topo de combate (taladro tripulado ruso) es algo así como las tuneladoras de Galladón.
La tuneladores de Galladón son dos enormes moles gemelas bautizadas con el nombre de Tizona y Dulcinea que cada una de ellas mide 148 metros, un peso de 4.200 toneladas y un modesto precio de alrededor de 40 millones de euros, cuya misión fue hacer los túneles de la M-30 de Madrid, obra que costo 3.508 millones de euros.
El proyecto del topo de combate, los rusos se lo robaron a los nazis, pero jamás consiguieron que funcionara.
En un primer proyecto realizaron un prototipo, les funciono, pero era tan lento que fue desechado.
Crearon un segundo prototipo, donde supuestamente sobredimensionaron el motor por lo cual, les exploto, lo que hizo abandonar el proyecto definitivamente.