Aunque mi sincera opinión es que con la tradicional tortilla de patatas de toda la vida pocos inventos se pueden hacer (aunque hacerse se puede) la sencillez y el sabor de una típica tortilla de patatas difícilmente se pueden mejorar.

Hace algún tiempo intente imitar a Ferrán Adrià su conocidísima “Tortilla deconstruida” el resultado de mi versión (aceptable de sabor) fue “Tortilla en fascículos”.

En esta ocasión tenia sobras de patatas asadas al horno, leche con canela de haber remojado unas tortitas que hice el otro día, aunque no publique la receta y pensé en hacer una tortilla “diferente”.

La principal “diferencia” es que se tarda mucho más y ensucie un montonazo de cacharros, ahí, en la foto tenéis la muestra.

Todos los utensilios que veis en la fregadera, mas los que hay debajo (que no se ven) para hacer una simple tortilla, viva la tradicional tortilla de patatas, je je je.

Ingredientes (4 personas):

2 patatas medianas.

1 cebolla

½ pimiento

¼ l. de leche

Canela

Sal

Aceite

Preparación:

Aunque yo tenía las patatas asadas que me sobraron de cocinar un pollo asado “Pollo asado con botella cerveza”, imaginaremos que hemos de hornear las patatas.

Colocamos en la bandeja del horno 2 patatas medianas, sin pelar (podemos colocar mas patatas, para futuras recetas por el mismo precio) y las dejamos hacer a unos 150º durante una hora, salándolas y tirándole un chorrito de aceite de cuando en cuando, si olvidarnos de periódicamente ir dándoles la vuelta.

Cuando estén listas, las dejamos enfriar.

Pelamos la cebolla picándola finamente junto al pimiento.

Colocamos la cebolla y el pimiento en una sartén con un poco de aceite de oliva y sal y dejamos confitar a fuego lento hasta que la cebolla y el pimiento estén tiernos.

Nos entretenemos en separar las yemas de las claras, en mi caso tarea difícil, puesto que son huevos de mis propias gallinas y textualmente, usando un separador de yemas, es necesario ayudarse de un cuchillo o te mueres de aburrimiento de esperar a que se separen.

A continuación montamos las claras con las varillas (o como yo con una maquinita).

Cuando las claras estén bien montadas, añadimos poco a poco las yemas, la cebolla y el pimiento que ya se nos habrá enfriado.

Agregamos a la leche un poco de canela en polvo y la agregamos lentamente a la mezcla.

Pelamos las patatas que tenemos asaditas, y las troceamos a trozos pequeños.

Las añadimos con cuidado a las claras y removemos con cuidado para que no se nos bajen las claras.

Colocamos aceite en una sartén, lo calentamos a fuego medio y añadimos toda la mezcla de la tortilla.

Le damos unas vueltas hasta que empiece a cuajarse con una cuchara de madera.

Cuando este cuajada, vamos dándole vueltas con la ayuda de una tapadera hasta que nos guste su punto de dorado.