El otro día comentando mi post “Depresión 2” un usuario anónimo, aunque al parecer con conocimientos sobre el tema, por su forma de expresarse, nos comenta de la existencia de la curcumina, parece ser que puede ser una salida terapéutica en la depresión.

Curiosamente, esa cosa rara, la curcumina, la tenemos la mayoría de nosotros en nuestra cocina, es uno de los componentes del curry.

En la web Buena Forma nos hablan de los beneficios de la curcumina, donde nos cuentan que se trata de un producto natural contenido en una planta muy usada en la India, denominada cúrcuma longa.

Esta planta posee muchas cualidades saludables, previene trastornos digestivos, nos ayuda con las enfermedades cardiovasculares, previene el cáncer, genera protección cerebral hasta el punto que mientras en el mundo los pacientes de alzheimer están creciendo, en la India donde se consume habitualmente curry la incidencia del alzheimer es escasa (aunque también podría ser por otras causas).

Siguen afirmando que contiene propiedades antinflamatorias y antioxidantes ayudando a luchar contra la artritis.

También según News Medical es su artículo “La curcumina efectos en la salud”, nos cuentan…

Numerosos estudios han demostrado que la curcumina, sólo entre algunas otras cosas como el ejercicio de alto impacto, el aprendizaje, la luz brillante, y el uso de antidepresivos, tiene un efecto positivo sobre la neurogénesis en el hipocampo y las concentraciones del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), la reducción de en los cuales se asocian con el estrés, la depresión y la ansiedad.

Nuestro comentarista anónimo, no por ello mal informado, nos habla del doctor Cidón Madrigal en referencia a la curcumina (componente del curry de nuestras cocinas) el cual, este mes, del presente año (2.012,) ha sido premiado con el Premio Nacional de Medicina Biológica junto con Merino Martín.

En la Revista Natural podéis leer el siguiente artículo “Los doctores Cidón Madrigal y Merino Martín obtienen el Premio Nacional de Medicina Biológica”

Ciertamente, los fármacos convencionales suelen estar basados en principios activos naturales que terminan transformados por las multinacionales en  productos digámosles “plásticos”.

Ciertamente, (aunque es un mundo que desconozco), la mayoría de los médicos opinan mal de la medicina alternativa, pero quizás si las multinacionales de la medicina ortodoxa mirasen muchos productos de la medicina alternativa se podrían conseguir grandes logros.

Lo que es mas triste aún, es que el propio enfermo (por desinformación o comodidad), tiene a su alcance una serie de medicamentos a su alcance y sin efectos secundarios… la comida y su disposición a luchar contra su enfermedad, opino desde mi mirada profana que en ese punto la sociedad ha de avanzar mucho.

Deberíamos aprender que propiedades tienen los alimentos que ingerimos y en que nos pueden ayudar.