La actualidad musical me parece cada vez más inabarcable, acongojante en su inmensidad, y reconozco que a veces acabo presentando canciones nuevas como quien achica agua de un bote, en plan urgente y sobrepasado. Pero se trata de novedades de artistas a los que aprecio mucho, que ya han tenido por aquí su canción de la semana, así que me parecería mal no dar cuenta de sus actividades. De hecho, yo creo que estos lotes de santos patrones del blog acabarán por convertirse en una sección mensual fija. Allá vamos…
Empezamos con los catalanes Maria Arnal y Marcel Bagés, activistas de la tradición oral que me dejaron pasmado hace un año con su intensa revitalización de materiales olvidados y que esta semana editan por fin su primer álbum, 45 cerebros y 1 corazón. Lo han presentado con esta preciosa composición propia en castellano, que tiene vídeo y todo.
Los siguientes son Milk Music, de quienes prácticamente me había olvidado en los cuatro años transcurridos desde esto. El grupo de Olympia (Washington) tiene costumbre de tomarse su tiempo para hacer las cosas, así que habrá que celebrar que se hayan animado por fin a lanzar álbum nuevo. A mí me siguen recordando al rock alternativo más pasado de rosca de los 80, con desprecio por los estribillos y demás convenciones. No hay más que escuchar cómo acaba este tema.
Keaton Henson, ese hombre tan británico y huidizo, siempre al borde del colapso emocional, es una presencia fija en el blog desde hace mucho tiempo. El día de Jueves Santo difundió de improviso una canción nueva, este Epilogue que empieza como una de sus características baladas sufrientes al piano y concluye en un éxtasis de cuerdas, con una letra planteada a modo de brindis y un vídeo de viaje entre tinieblas. Muchos fans ya lo están interpretando como una despedida.
Al otro lado del Atlántico, en Rhode Island, los amigos Downtown Boys han fichado por Sub Pop, así que a partir de ahora dispondrán de un altavoz más potente para sus diatribas revolucionarias en español indignadísimo y casi indescifrable. El primer fruto de esta nueva alianza se titula Somos chulas (no somos pendejas) y es «una declaración sobre la capacidad para descolonizar el propio pensamiento y sobre la importancia de desaprender sin miedo las maneras en que la supremacía blanca condiciona a la gente». Casi na’.
Nos quedamos en aquella orilla del océano, pero un poco más al sur. La dominicana Rita Indiana, chozna de un prócer de la Guerra de la Restauración (je, je, desde que descubrí esa palabra, estaba deseando usarla), es una artista fascinante que se reparte entre la literatura y la música: en esta segunda faceta, su combinación de lírica y rítmica es capaz de dotar de contenido profundo a estilos habitualmente livianos. ¡Si hasta me llevó a meter un merengue en el blog! La nueva, El castigador, es una especie de gospel caribeño que clama contra la corrupción. Ah, tienen a Rita en la foto de arriba.
Y acabamos en el pozo lóbrego de los franceses Aluk Todolo, el trío instrumental de rock oculto, que ha editado una recopilación de cosas que tenían guardadas en sus archivos. Viene a ser una limpieza del pozo séptico en la que desentierran restos tan tóxicos como este tema.