Esta semana les propongo el Concierto para piano y orquesta Nº 2 de Edward MacDowell. De vez en cuando me gusta traer a este blog a algún un compositor poco conocido, para presentarlo al público a quien no le suene. En este caso es un músico nacido en Nueva York en 1860 en el seno de una familia acomodada, que lo llevó a París cuando tenía 16 años para que aprendiera con los grandes maestros europeos. Y uno de ellos fue Liszt. MacDowell compuso toda su vida una música que suena muy europea, pese a que pronto regresó a su país, dio clase en la Universidad de Columbia y se convirtió en un defensor de la inclusión de elemento del folclore americano en su música.
MacDowell creó en su propia casa un refugio para que los artistas sin medios pudieran vivir y crear, fue uno de los fundadores de la Academia Americana de las Artes y las Letras, recibió aclamaciones cada vez que se interpretaban sus obras, lo mismo a un lado que a otro del Atlántico. Sin embargo, fue persona de poca suerte en lo relativo a otras cuestiones. Se casó con una de sus alumnas en Europa (ella era también americana) y la pareja sufrió cuando supo que ella no podría quedar embarazada. Y una caída agravó algunos problemas mentales que él tenía, hasta llevarlo a algo así como una mentalidad infantil primero y luego a la muerte. Tenía solo 47 años.
Esta obra presenta un piano majestuoso, de gran intensidad dramática, muy en la línea del romanticismo del propio Liszt, Chaikovski o Rachmaninov.