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César Coca

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Ningún fin de semana sin música: el Concierto para dos pianos de Bruch

Max Bruch es un compositor alemán que nació en Colonia en 1838. Es decir, que era dos años mayor que Chaikovski. Sin embargo, como murió en 1920 y el volumen mayor de su obra lo compuso en los últimos años del siglo XIX y primeros del XX nos parece un compositor más moderno.

Sus obras más conocidas son dos de sus tres conciertos para violín (sobre todo el primero, que compuso antes de los 30 años y es de una enorme celebridad), la Fantasía escocesa y una obra para violonchelo y orquesta titulada Kol Nidrei, basada en melodías hebreas y dedicada a la comunidad judía de Liverpool, donde vivió una temporada, cuando fue nombrado director de la orquesta de la localidad. Este Concierto para dos pianos y orquesta fue, como sucede con todos los conciertos así, una obra escrita expresamente para dos pianistas, que en este caso eran hermanas, Rose y Ottilie Sutro. Empezó la obra en 1911 pero no se estrenó hasta cinco años más tarde, y no después de que ambas pianistas introdujeran numerosos cambios, adaptando la partitura a sus habilidades técnicas y gustos musicales.

La obra sufrió numerosos retoques a lo largo de los años. Como Bruch había muerto en 1920 y no podía quejarse, la cambiaron hasta hacerla casi irreconocible. Hubo que esperar hasta que en los años sesenta se recuperara la partitura original. Hay media docena de grabaciones en el mercado discográfico y se trata de una pieza que, pese a su dramatismo y abundancia de melodías, es poco interpretada en salas de concierto. Quizá por la necesidad de contar con dos solistas para poco más de veinte minutos de concierto.

Les dejo el primer movimiento. Que lo disfruten.