Empieza hoy el Musika-Música, una verdadera inmersión en la clásica. Creo que sería imperdonable no recordar aquí y ahora el papel que Iñaki Azkuna jugó para poner en marcha en Bilbao la franquicia que había triunfado en Nantes con una filosofía peculiar. En el Euskalduna se notará, y mucho, su ausencia. Los habituales a los conciertos del festival no olvidaremos al alcalde haciendo cola como uno más para entrar en la sala y luego sentado en el patio de butacas, saludando a unos y otros, y muy concentrado una vez que se apagaban las luces y empezaba a sonar la música.
Con seguridad, este festival no es su legado más importante. Pero creo que era uno de los más queridos. Por eso, sería imperdonable que, unos por otros, lo dejaran morir o lo bajaran de división. La Diputación foral ya se desentendió del mismo hace unos cuantos años. Esperemos que los nuevos regidores de la ciudad no cometan el mismo error.
La propuesta musical de hoy enlaza directamente con el Musika-Música. Les dejo con el tercer movimiento del Concierto de Brandemburgo número 4 de Bach. Si la memoria no me engaña, creo que esta música sonaba de fondo en un viejísimo anuncio televisivo de una firma fabricante de sábanas o mantas. Disfruten.