>

Blogs

César Coca

Divergencias

Y ahora, otra política cultural

 Llegaron las elecciones vascas y de su resultado se desprende que gobernará otro partido, así que nos disponemos a ver cómo se elabora una política cultural distinta. Hay quien sostiene que la mejor política cultural es la que no existe, porque cualquier Gobierno, cuando define una serie de objetivos y pone a su disposición los medios precisos para conseguirlos, está dirigiéndonos de alguna manera.

No estoy de acuerdo en eso porque hay actividades culturales que sin apoyo público, o sin una legislación que favorezca el apoyo privado, morirían porque son tan caras que apenas nadie podría pagar su precio real. El caso de la ópera es el más evidente, pero no el único.

Así que tendremos nueva consejera (es una sospecha fundada, dado que esta cartera se usa siempre para cubrir cuotas) y de inmediato empezarán a tejerse planes y destejerse otros, a cesar a altos cargos y nombrar a otros. La consejera en funciones, Blanca Urgell, fue bastante prudente en ese sentido. Cabe recordar que, por ejemplo, mantuvo en su puesto al director general de la Orquesta Sinfónica de Euskadi, nombrado por su antecesora. Ya veremos si quien la suceda tiene la misma sensibilidad o viene dispuesta a cambiarlo todo.

Sí hay una cosa segura: la crisis hace imposible poner en marcha de nuevo otro proyecto mastodóntico como el Plan Vasco de la Cultura, con el que no terminó tanto el Gobierno López como la propia realidad de su desmesura en los medios requeridos y la falta de dinero para reunirlos. Ahora, las propuestas, con seguridad, serán mucho más modestas. En realidad, bastante hay con poder mantener lo ya existente.