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César Coca

Divergencias

WikiLeaks cierra sin haber cambiado la Historia (ni el periodismo)

Hace más o menos un año, los papeles de WikiLeaks, como los llamaron algunos, causaron un gran revuelo. Creo que más por lo que suponía su método (captar filtraciones de documentos para darlos luego a la luz), desvelando así la fragilidad de los sistemas de seguridad de las embajadas y los gobiernos, que por el contenido de esos papeles. Ahora WikiLeaks cierra, al menos de forma temporal. Me parece, por tanto, que es el momento de hacer algunos apuntes a modo de balance.

Quizá alguno de ustedes recuerde que en su momento publiqué un post en este mismo blog en el que decía que el contenido de los documentos que se estaban haciendo públicos no podía sorprender a nadie que leyera los periódicos a diario o tuviera un mínimo conocimiento de la literatura contemporánea, de John Le Carré a Graham Greene. Apuntaba también que no veía cambio alguno en el periodismo derivado de esas filtraciones, y lo decía porque los más entusiastas de la causa sostenían que el papel de los profesionales de los medios había quedado por los suelos y que el periodismo se transformaría radicalmente. También las relaciones internacionales y el trabajo de las embajadas, por supuesto.

Pues bien, ni lo uno ni lo otro. Los papeles de WikiLeaks no revelaron nada nuevo de interés para  la mayoría de los europeos y estadounidenses (revelaron muchas cosas nuevas pero sin el menor valor para el 99,9% de la ciudadanía) porque nadie se podía creer que un lector de periódicos no sabía nada a propósito de las tareas de espionaje en las embajadas, la afición de Berlusconi por las chicas  o la mala opinión de los embajadores estadounidenses respecto de la mayoría de los gobiernos europeos.

Se dijo que rodarían cabezas tras la publicación de los documentos, y apenas si hubo ceses o dimisiones y fueron de personajes muy secundarios. Se dijo que cambiaría los modos de ejercer la diplomacia y nada ha cambiado. Y, sobre todo, que es lo que más me importa, se dijo que había nacido una nueva forma de hacer periodismo… que no he visto por ninguna parte. WikiLeaks fue flor de un día y habría tenido una incidencia mucho menor si en vez de filtrar los papeles a un puñado de diarios grandes (que les dieron muchísima importancia porque eran exclusiva nacional, no por lo que contaban, con frecuencia un pestiño insoportable) los hubieran cedido a todos los medios que los quisieran.

WikiLeaks no ha cambiado la Historia. Ni la diplomacia. Ni siquiera el periodismo.

¿Alguien se acordaría hoy de WikiLeaks si no fuera por el juicio que ha sentado en el banquillo a su máximo responsable?