José Fernández de la Sota y Fermin Etxegoien debatieron ayer en la Biblioteca de Bidebarrieta de Bilbao sobre literatura, su forma de abordarla y su vinculación a la misma. En un momento de la charla, Fernández de la Sota dijo algo así como que las buenas historias están muy caras y por eso de unos años a esta parte los novelistas usan tanto los hechos reales para sus relatos. Como fondo o como centro de los mismos.
La verdad es que cada día los periódicos traen historias que darían para una novela o una película. Están ahí, esperando que alguien les dé un tratamiento adecuado y les otorgue nueva vida. Ejemplos de estos días: el exdictador haitiano que vuelve a su país cuando se cumple un año del terrible terremoto y nadie entiende por qué; la mujer del el dictador tunecino que se lleva tonelada y media de oro camino del exilio; el jefe de la inspección de Hacienda de Vizcaya cuyo padre guardaba en un sobre 337.000 euros en billetes de 500 y nunca se preocupó por saber si los declaraba…
Pongan ustedes a un Vargas Llosa o un Tom Wolfe frente a estas historias y verán lo que sale: novelas maravillosas. La realidad, qué gran creadora de argumentos.