Iñigo Domínguez me envía desde Italia una joya sin parangón. Se titula, -en mi traducción del italiano-, ‘Armorica. Itinerario mágico de Corto Maltés en Bretaña, el país del mar’, y es un libro de viajes en el que acompañamos a Corto
por la Bretaña francesa. Iñigo sabe que mi devoción hacia el marinero
de Malta está más allá de cualquier elemento racional y que un regalo
de este tipo me causa una emoción que no se puede explicar con
palabras. Domínguez es un tío muy grande, con un talento y un corazón
que no le caben en el cuerpo. Me muero de ganas de ver su película aunque hasta entonces habrá que contentarse con leer sus fenomenales crónicas italianas.
Empiezo a hojear el libro con la misma ansiedad con la que Long John
Silver contempló por primera vez el mapa del tesoro. En las primeras
páginas veo al mago Merlín, tal y como lo imaginaba Hugo Pratt, y al
lado, unas viñetas del álbum ‘Las Célticas’ en las que el tutor del Rey
Arturo charla con una rana encantada. Se trata de una guía en la
que el hilo conductor es Corto Maltés, así que tiene un capítulo
dedicado a los faros de Bretaña -hablando de un marino, no había otro
remedio- y unas rutas fantásticas por los monumentos megalíticos de
Carnac. Intuyo que Corto pudo andar por allí al mismo tiempo que
ayudaba a los militantes del IRA a luchar contra los ingleses y también
colaboraba con Merlín para acabar con los espías alemanes que
preparaban la invasión de Gran Bretaña.
En el libro hay unas pistas para llegar a Saint Malo, nido de piratas y
contrabandistas, y, entre las descripciones de dólmenes encuentro
uno llamado ‘La Roca de las Hadas’. Lamento desconocer el italiano y,
por lo tanto, no poder leer la leyenda de ‘Nolwenn, la santa
decapitata’ o la historia del bosque de Huelgoat, donde parece que
anduvieron el Rey Arturo y Gargantúa.
Sería feliz recorriendo esas tierras con la guía en la mano para poder
llegar a remotos bosques de druidas o a castillos de nobles normandos
que aún se mantienen en pie. Son unos lugares en los que uno soñaría
con cruzarse con Merlín o con algún descendiente de corsarios. O
quizás, con el propio Corto Maltés. Pero lo mejor sería encontrarse con
Iñigo Domínguez.