Como prometí, fui a comprar ‘Fantasmas’, de Chuck Palahniuk,
a un centro comercial un sábado a las dos de la tarde. Nada más empezar
me enfrenté a la verdad. Una mujer intentaba preguntar a dos
dependientas si tenían algún libro de Jordi Labanda. Las dos empleadas ni siquiera admitían la cuestión:
– «No existen. Ese señor no escribe», le dijeron con una chulería insultante.
Como la mujer insistía, las empleadas accedieron a mirar en el
ordenador. Antes de darle una respuesta se intercambiaron una mirada de
complicidad y le espetaron:
– «Sí. Hay un libro de Jordi Labanda pero no lo tenemos».
Estoy seguro de que mentían. Luego me tocó a mí.
– «Quería ‘Fantasmas’, de Chuck Palahniuk».
– «¿Eso es una novela?», preguntaron.
– «Sí. Una novedad. De la editorial Mondadori».
Una de ellas me llevó entonces a la sección de novedades. Durante unos minutos paseamos entre Carlos Ruiz Zafón, Dan Brown, y Pérez Reverte.
– Aquí no está. ¿Seguro que es una novela?»
– «Sí. Una novela». (No va a ser un camión, pensé).
Entonces la mujer se rindió. En un segundo me confesó la verdad. Me
hizo comprender por qué no hay forma de comprar libros en los grandes
almacenes.
– «¿Sabe qué pasa? Que aquí hay demasiados libros».
Me lo dijo con una cara de resignación absoluta, intentando hacerme ver
la compleja y titánica tarea a la que se enfrentaba cada día. «Hay
demasiado libros». La vida sería más fácil sin tanto memo escribiendo y
tanta gente comprando libros, me vino a resumir.
P. D.
Hace unos meses leí que Palahniuk, en las conferencias que pronuncia
por Estados Unidos e Inglaterra, suele leer en voz alta un cuento que
se titula ‘Guts’ -Tripas- . Nunca consigue terminar la lectura sin que
un par de espectadores -en ocasiones hasta cuarenta- pierdan el
conocimiento.
Yo creía que se trataba de una especie de leyenda, de algún truco
publicitario bien conseguido. Hasta que en ‘Fantasmas’ encontré el
cuento.
Empecé a leerlo…y no pude terminarlo. Creo que nunca lo haré.