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César Coca

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Timeless (Obra maestra)

Creo que uno de los mejores discos de la historia del siglo XX es What’s going on, de Marvin Gaye. Según cuenta la leyenda, el cantante y sus músicos se encerraron en un estudio de la Tamla Motown
con una provisión ingente de marihuana y cuando terminaron de grabar
eran incapaces de explicar qué habían estado haciendo. Y acababan de
crear una obra maestra. Supongo que durante unos días el universo
entero giró alrededor de aquella habitación y ese cambio en todas las
coordenadas estelares impregna cada una de las canciones del disco.

Mientras escribo estoy escuchando Timeless,
el último disco de Sergio Mendes, y tengo una sensación similar. Esa
intuición de que se ha producido una conjunción planetaria y sus
efectos son un disco mágico, en el que se funde la samba y la bossa
nova de Brasil,  el hip hop y el rap de los ghettos de Los
Angeles, el reggae de Jamaica y el swing y el jazz más elegantes. Todo
ello bautizado con una gran dosis de genialidad.

Los dos principales planetas que se han combinado en esta conjura cósmica son:

Sergio Mendes: Es un músico de 65 años, un pedazo de pianista al
que educó Antonio Carlos Jobim. La historia de la bossa nova no sería
la misma sin él. Incluso personas que pasan de la música podrían
tatarear algunas de sus canciones porque han sido explotadas hasta la
saciedad en anuncios, películas, sintonías de radio y demás. Gracias a
sus dedos, la melodía de un piano se convierte en una brisa en la
playa. Seré hiperbólico. Cuando le escuchas, por tus venas corre
caipirinha en vez de sangre.

Will I Am: Este californiano de 31 años  es el nucleo duro de Black Eyed Peas
(BEP). Toda la música interesante que se está haciendo ahora en Estados
Unidos ha pasado por sus manos. Sus arreglos mezclan elegancia y fuerza
y permiten que a la gente que no soporta a macarras como Eminen o ’50
cent’ puedan escuchar hip hop y regodearse con ello. Es decir, unas
canciones que puedes oír sin pensar inmeditamente en chandals ,
‘piercings’ y gente que escupe. Entre la gente que colabora con él
están clásicos como Carlos Santana, James Brown o Sting y nuevos
fenómenos como Justin Timberlake o Jack Johnson.

No puedo evitar hablar de BEP sin mencionar a la cantante del grupo,
Fergie. Es una antigua estrella de la música juvenil norteamericana que
tuvo que abandonar su carrera por problemas con la bulimia y la meta
anfetamina. Will. I. Am la recuperó para el grupo y se ha convertido es
una especie de diosa rubia con voz felina y salvaje, que también es
capaz de ronronear como una gata al lado del fuego.

Pero en Timeless hay otros planetas que participan en el alineamiento:
Stevie Wonder (sin palabras), Erykah Badu, India Arie o el cuarteto
Maogani, por ejemplo. Y, enviando su energía desde el infinito, el gran
poeta Vinicius de Moraes, del que versionean algunas canciones o el
inmenso Antonio Carlos Jobim.

Sólo me atreveré a comentar unos pocos cortes del disco: El primero de ellos, Please Baby DŽont. En él, Jhon Legend
suena como una sutil mezcla de Frank Sinatra y el mejor Stevie Wonder
de los años 70. Puro swing. O Surfboard, un tema con una atmósfera
extraña e inquietante, en el que todo BEP corea un extraño grito
mientras el piano de Mendes repite una secuencia hipnótica Y la que
cierra el CD, Yes, Yes, YŽall: una canción que respira tensión y que
hace pensar en un pandillero de Los Angeles que atraviesa en coche el
barrio de sus rivales, sin dejar de lanzar miradas de desafío a sus
enemigos mientras piensa en quitarles las novias.

Lo mejor de todo: el 13 de julio, Sergio Mendes actuará en el Festival de Jazz de Vitoria. Está todo dicho. Lo siento.

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