Ahora que el escándalo de Marbella está en ebullición no será mala idea recordar que Arturo Pérez Reverte
ya nos avisó hace cuatro años de que algo olía a podrido en la costa.
En su novela ‘La Reina del Sur’ hay unos cuantos capítulos dedicados a
contarnos lo podrida que está la ciudad y a describir el hedor a
corrupción y dinero sucio que emana de las moquetas de los despachos.
Su novela, escrita en 2002, es una muy buena anticipación de lo que
ahora estamos viendo en las noticias. Si seguimos la brújula del libro
sabremos que únicamente nos están enseñando la punta del iceberg y
todavía faltan los rusos, los colombianos, los gallegos y el resto de
gente peligrosa.

Arturo Pérez Reverte crea fanáticos, aunque unos se dedican a
insultarle y otros a alabarle. Independientemente del sector en el que
uno se encuadre no se le puede negar su capacidad para bucear en las
corrientes invisibles en las que flota la realidad y volver a la
superficie con historias de las buenas. Sólo él es capaz de hacer eso
tan difícil pero que llena de sentido a la literatura que es
adelantarse al tiempo, contanos lo que va a pasar y, además, hacerlo
bien. En eso, Reverte sigue siendo el Rey.