Este domingo se cumplen 30 años de la muerte de Franco. El análisis político de su actuación ya ha sido hecho, y en cualquier caso éste no es el lugar para comentarlo. Ahora bien, ¿dejó su régimen algún producto cultural memorable? ¿Hubo algún artista adicto al mismo que realmente tuviera un valor tan estimable que hoy pueda enjuiciarse su obra de forma muy positiva, olvidando su adscripción política?
Si se mira la Historia, los hubo en Italia y Alemania en los años treinta y en la URSS entre los treinta y los cincuenta. Artistas notables al margen de que podamos calificar con dureza sus ideas y su vergonzosa adhesión a regímenes dictatoriales. Pero, ¿los hubo aquí? ¿Queda algo digno de cuanto produjeron esos artistas?
No me refiero, por supuesto, a quienes escribían, pintaban o componían a contracorriente. No hablo de los Delibes,Marsé, Aleixandre, Halffter y tantos otros que sufrieron un verdadero exilio interior, siempre esquivando la censura o con la amenaza de una prohibición o una sanción. Ni de quienes hubieron de marcharse al extranjero para seguir creando o para evitar la cárcel.
Me refiero a los adictos. A los muchos creadores, algunos de medio pelo, entronizados a la gloria oficial por un Régimen que necesitaba artistas que lo legitimaran también en el ámbito de la cultura.
¿Ha quedado algo digno de mención de la producción cultural del régimen franquista?