Tengo dos hijas que normalmente no quieren desayunar, algo muy común en todas las casas. Ahora que acaba de comenzar el curso, os propongo tres posibilidades para conseguir que lo hagan, y además con agrado. Podemos ponerles un plátano cortado en rodajas muy finas, cubierto con chocolate caliente y espolvoreado con semillas de sésamo. También cabe la posibilidad de hacer un gofre con levadura, leche, harina y huevo, y cubrirlo con mermelada. Y como tercera opción, y la más sencilla, se puede echar mano de un batido de frutas con yogur y frutos secos, que es una bebida extraordinariamente energética y constituye un auténtico ‘chute’ de vitalidad para comenzar el día.
Para conseguir que los más jóvenes desayunen, es necesario ofrecerles algo rico, dulce y relacionado con lo festivo. La fruta fresca, aunque sea muy recomendable, no les suele apetecer a esas horas de la mañana. Tampoco les entra lo salado, que yo no recomiendo. También hay que huir de la bollería industrial envasada, que está llena de colorantes y conservantes, y de las galletas demasiado complicadas.