Se le conoce como higo seco o paso y resulta muy energético, aunque de escaso valor gastronómico. Es un fruto que se transforma en conserva gracias a su propio azúcar. No todos los higos son iguales. Existen numerosas variedades. Los del pueblo extremeño de Almoharín maduran antes, tienen mayor tamaño y menor concentración de azúcar que en otros lugares de España. Poseen una melosidad extrema, y ya eran famosos por ello durante la dominación árabe de la península. Ahora también se venden los higos de Almoharín convertidos en bombones, como el de la foto, que recuerda un poco al marrón glacé francés y gusta mucho en los países del norte de Europa. Si podéis, probadlo. Es extraordinario.