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La mesa de cocina de Ian Curtis

Los extremos a los que llega la mitomanía me desconciertan. Entiéndanme, como muchos aficionados al rock, poseo las discografías completas de mis artistas preferidos, algunos piratas habitualmente decepcionantes, libros, posters, postales e incluso listados de canciones despegados de algún escenario, pero todo eso, en mi estrechez de miras, viene a ser lo lógico. Lo patológico sería, por ejemplo, pujar en eBay para conseguir la mesa de cocina que una vez perteneció a Ian Curtis, el cantante de Joy Division, y sepan que estoy hablando de mi grupo favorito de todos los tiempos. La mesa es, cómo les diría yo, vulgarota, se ajusta perfectamente al estilo del mobiliario que uno imagina en una casa obrera inglesa de los 70 y, desde luego, no parece haber preservado ninguna de las claves que convirtieron a Joy Division en un grupo grandioso y a Ian Curtis en una leyenda suicida. Es simplemente una mesa de 95 por 75 centímetros, con una pegatina del British Standard en el envés del tablero, pero ha devenido “una pieza genuina de memorabilia pop británica” y quizá, a su futuro propietario, los huevos con béicon le sabrán a canción de Joy Division. Por cierto, todavía tienen tiempo de participar en la subasta, porque el plazo acaba mañana: por 64 libras esterlinas, mitifican un poco su txoko.

Quizá sus actuales dueños deberían haber esperado unos meses para poner la mesa a la venta, porque este año se rueda por fin ‘Control’, la película sobre Curtis dirigida por el prestigioso fotógrafo Anton Corbijn (ya saben, el hombre que creó a U2 a su imagen y semejanza). A mí estos proyectos me dan mucho miedo, sobre todo cuando los maneja un esteta como Corbijn y acecha detrás la industria discográfica: por un lado, el tipo planea incluir varias secuencias a modo de, arg, videoclips; por otro, los ejecutivos ya preparan ‘Out Of Control’, una recopilación de versiones no usadas en la peli, además de una banda sonora en la que New Order recordarán los viejos tiempos, cuando se llamaban Joy Division y comían en mesas cutres como si fuesen Los Roper.

Por Carlos Benito

Sobre el autor

Periodista de El Correo. Nací en Logroño, estudié en Pamplona, vivo y trabajo en Bilbao.


enero 2006
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