Tess Gerritsen es una médico de familia que durante una baja comenzó a escribir novelas, hasta convertirse en lo que algún medio ha llamado la reina del suspense médico. Sin embargo, aunque aquí la medicina tiene un papel, no se puede hablar en ningún caso de una novela de ese subgénero.

El argumento es el siguiente: Julia es una violinista que forma parte de un cuarteto. Durante un viaje a Roma encuentra en una tienda de antigüedades un libro de música que contiene una partitura suelta. Cuando está trabajando con ella empieza una cadena de extraños y alarmantes sucesos en los que se ve implicada su hija de tres años. De forma paralela, el lector conoce la historia de Lorenzo, un joven violinista judío, residente en la Italia de los últimos años treinta y primeros cuarenta.

Las dos historias avanzan de forma paralela hacia su clímax sin llegar a coincidir más que en la parte final, aunque para el lector es evidente la relación que existe entre ambas. La novela está basada en hechos reales, y es ahí donde radica el mayor interés de la misma: en ese infierno vivido en Europa hace ya tres cuartos de siglo. Esa es además una trama que se cierra. En la otra, la que transcurre en la actualidad, está el desenlace de la novela pero, sin embargo, queda algún hilo suelto. La combinación de thriller con elementos históricos y lo desasosegante que resulta que una criatura se vea afectada por algo cuya naturaleza se desconoce pero que es una amenaza siempre da juego narrativo. Aunque sea forzando un poco las cosas.

(Publicado en elcorreo.com)