Dicen los especialistas en estas cosas que si un escritor español tiene posibilidades hoy por hoy de ganar el Nobel ese es Javier Marías. De momento, lleva años en las quinielas y ahora mismo, apenas unos días antes de que se conozca el nombre del ganador de la edición 2017, está situado en los lugares preferentes a juicio de quienes se juegas unas libras esterlinas en ello.
En Berta Isla, Marías cuenta la historia de una mujer, la que da título a la obra, que conoce en la adolescencia a un joven con quien pronto concibe planes matrimoniales. Antes de que llegue la boda, ella estudia su carrera en Madrid y él, en Oxford. Y será allí donde, por una circunstancia que no puede contarse sin desvelar las tripas de la acción, lo reclutarán para un trabajo relacionado con el espionaje.
El escritor bucea a partir de ahí en sus temas favoritos: la frontera siempre borrosa entre la verdad y la mentira, entre el sueño y la realidad, la vida posible y la realmente vivida, la impostura, la traición… Todo ello contado con el estilo moroso e hipnótico de Marías, con esas frases largas que exploran los límites para adentrarse a veces en lo onírico.
Hay en este texto una novedad para quienes siguen a Javier Marías: se trata del uso de la tercera persona por parte del narrador en los capítulos iniciales y luego otra vez en la parte final. El resto, lo que cuenta Berta Isla respecto a lo por ella vivido, utiliza la primera persona habitual en la literatura del escritor madrileño. Aparecen aquí también personajes ya conocidos: un profesor de Oxford que ya estaba en Todas las almas y un miembro del MI6 que tenía un papel de un cierto relieve en Tu nombre mañana. Guiños a unos lectores fieles en una novela que está en el eje central de la producción del autor.
(Publicado en elcorreo.com)