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César Coca

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Un libro cada semana: 'La casa grande' de Álvaro Cepeda Samudio

Puede que los lectores, en su gran mayoría, no hayan leído nada de Álvaro Cepeda Samudio pero es bastante probable que les suene su nombre, el título de esta novela y el episodio histórico en el que se basa. Las tres cosas aparecen en la mucho más célebre obra de García Márquez. En los textos periodísticos y memorialísticos del premio Nobel figura Cepeda Samudio, amigo entrañable de los años cincuenta, cuando ambos eran dos jóvenes periodistas que formaron, junto a Germán Vargas y Alfonso Fuenmayor, lo que se dio en llamar Grupo de Barranquilla, que luego tendría mucha influencia en la literatura colombiana. En esos mismos textos periodísticos se cita esta novela reeditada ahora en España, La casa grande, que hace una aportación relevante a la renovación de las letras que ya se estaba dando en aquel país. Y la masacre de las bananeras aparece nada menos que en Cien años de soledad.

La historia se resume con rapidez: una huelga de jornaleros de las plantaciones de bananos de la United Fruit Company termina con la intervención del ejército. Los soldados iban en un tren y dispararon contra los obreros que estaban en la estación. Ese hecho aparece contado de manera muy elíptica en esta novela, que centra cada capítulo en un personaje o personajes distintos: dos soldados, el terrateniente, varios jornaleros, la amante del hacendado, las hijas… Hay capítulos construidos a base de diálogos elementales y cortantes y otros escritos en segunda persona; el narrador cambia de unos a otros pero la claridad del relato no se ve alterada en ningún momento.

La casa grande, que lleva un prólogo de García Márquez, fue terminada en 1961. La literatura ha cambiado mucho desde entonces, pero el germen del boom latinoamericano está ahí. El texto exige del lector un esfuerzo un poco mayor que en las novelas que hoy copan las listas de libros más vendidos, pero la recompensa es grande. Y el vocabulario usado por el autor tiene esa riqueza y sonoridad que ya solo se encuentra en el castellano escrito al otro lado del Atlántico.

(Publicado en elcorreo.com)