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César Coca

Divergencias

Ningún fin de semana sin música: 'Gurrelieder' de Arnold Schönberg

En la historia de la música figuran unos pocos compositores que evolucionaron tanto a lo largo de su carrera que hay pocos elementos en común entre sus primeras y sus últimas obras. Uno de ellos es Igor Stravinski. Otro es Arnold Schönberg, que pasó de un lenguaje claramente influido por Wagner y Mahler a inventar uno nuevo. En su catálogo existe un obra que debido a que fue escrita en dos momentos de su vida muy distantes recoge ambos estilos: se trata de Gurrelieder, un ciclo de canciones que requieren para su interpretación de un enorme despliegue de medios. Es junto con la Sinfonía de los Mil de Mahler la partitura -limito aquí la afirmación a las obras digamos célebres, no puedo garantizar que compositores de menor relieve no escribieran obras aún más exigentes en cuanto a número de intérpretes- que obliga a poner sobre el escenario el grupo más colosal en cuanto a sus efectivos.

Pese a la fama de difícil que tiene la música de Schönberg, esta obra no lo es en absoluto. En la primera parte del ciclo porque su lenguaje es todavía el tradicional, el que llega hasta Mahler (la partitura fue comenzada en 1901, el mismo año que Mahler se puso con su Quinta Sinfonía); en la segunda, escrita diez años más tarde, cuando el compositor ha comenzado a asomarse a un lenguaje nuevo, porque aún este no ha evolucionado tanto como para que nos resulte desconocido. El resultado es una obra enorme en todos los sentidos (además de los muchos intérpretes que se necesitan, dura algo más de dos horas) que tiene gran interés y que rara vez se puede escuchar en vivo por razones económicas fáciles de entender. La Orquesta Sinfónica de Bilbao la puso sobre el escenario en 2012, en la temporada en la que celebraba su 90 aniversario. Interpretó la versión de Stein, que reduce algo la orquestación. Además, fue grabada y publicada en un CD doble, que, justo es decirlo, suena estupendamente. Les dejo aquí un fragmento de la obra, con la Filarmónica de Berlín dirigida por Simon Rattle. Disfruten.