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César Coca

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Ningún fin de semana sin música: Adagio para cuerdas de Barber (versión original)

Samuel Barber es uno de esos compositores de los que no pocos aficionados conocen una sola obra. Y, en este caso, en una versión que ni siquiera es la original. Pero hagamos primero un poco de contexto: Barber (1910/81) fue un niño prodigio que se formó en el muy prestigioso Instituto Curtis de Filadelfia, por el que tantos grandes de la música han pasado. Fue compañero de Leonard Bernstein y Gian Carlo Menotti y durante toda su carrera siguió un estilo neorromántico muy alejado de las vanguardias que se extendían por Europa y América. Por eso, su música se hizo popular con rapidez, aunque muchas de las obras que compuso han sido olvidadas también a gran velocidad, al menos a este lado del Atlántico.

No es el caso de este Adagio, que en origen era el segundo movimiento del Cuarteto Nº 1 op. 11, escrito en 1936, cuando su autor tenía solo 26 años. Fue el director Arturo Toscanini quien le sugirió la idea de hacer una versión orquestal de ese fragmento. Barber siguió su consejo e hizo un arreglo, aunque hubo un malentendido con el propio Toscanini. Más tarde escribió otra versión coral de esta misma pieza, que alcanzó un enorme éxito en todas sus variantes. Tanto que ha sido utilizada con frecuencia en películas (El hombre elefante, Platoon,…) y publicidad. Tras el 11-S, se usó también en los homenajes a las víctimas y fue el fondo sonoro utilizado por la TV mientras se encadenaban imágenes del horror. Una encuesta (ya saben ustedes que mi confianza en las encuestas es limitada, aunque imagino que en estos temas quienes responden mienten menos) determinó que es la música más triste de la Historia.

Les dejo la versión original, para cuarteto de cuerda. Disfruten sin deprimirse.