La revista francesa Diapason ha elaborado para su número de octubre una lista con las cien mejores grabaciones de música clásica para piano de todos los tiempos. La selección ha sido hecha por nueve críticos de la publicación y en el listado final están muchos de los grandes nombres del piano del siglo XX y algunos también del XXI. En general, se trata de grabaciones ya de una cierta antigüedad, porque cualquier producción artística necesita un cierto sedimento, un reposo a la espera de ver si algo es tan bueno como puede parecer en el primer momento y si su impacto se mantiene a medida que pasa el tiempo. Pues bien, en esa selección de cien grabaciones está Joaquín Achúcarro, junto a Richter, Argerich, Horowitz, Brendel, Arrau, Michelangeli, Freire, Haskil, Turek, Virsalladze, Badura-Skoda, Gieseking, Pollini, Gould, Gilels, Gulda y unos cuantos más. También figuran en la lista otros dos españoles, ya fallecidos: Alicia de Larrocha y Rafael Orozco.

La grabación de Achúcarro elegida es su versión del Concierto Macabro de Bernard Herrmann, el gran compositor que también desarrolló una muy importante carrera como autor de bandas sonoras para el cine. Suyas son las de un puñado de películas de Hitchcock. Debo confesar que la inclusión del pianista bilbaíno en la lista no me ha sorprendido pero la elección de la obra, sí.
Llaman la atención dos elementos de la lista de cien grabaciones: ausencias como las de Barenboim, Sokolov o Pires; y la presencia de un solo pianista joven, Benjamin Grosvenor.
Les dejo un regalo: esa grabación merecedora de estar en el grupo de las cien mejores. Aquí la tienen.