Johann Nepomuk Hummel tiene una relación con Mozart muy directa: recibió algunas clases del genio salzburgués y este dijo de él que era un alumno muy dotado, lo cual viniendo de quien venía era un elogio inconmensurable. Por vía paterna tuvo también contacto con Emanuel Schikaneder, que fue quien encargó a Mozart La flauta mágica. Luego, Hummel hizo la transición del clasicismo al romanticismo con un puñado de obras de las que apenas han sobrevivido en el repertorio unas pocas, y no precisamente en el corazón del mismo. Al menos por aquí. En Austria, donde trabajó, y en Eslovaquia, donde nació, su presencia en los programas  es mayor. Por aquí, en cambio, apenas se interpretan de vez en cuando su Concierto para trompeta y alguna obra de cámara.

Escuchando su música, pueden percibierse ecos de Mozart: el aire de una melodía, un desarrollo temático, en definitiva un aroma familiar. Por supuesto, no estamos hablando de músicos de la misma categoría. Pero Hummel era un compositor notable cuya obra bien merece un repaso. Les dejo este primer movimiento de su concierto para piano op. 85, una obra muy estimable. Seguro que les va a gustar.