Este blog cumple diez años. Ha tenido que recordármelo Carlos Benito, que comenzó con el suyo por los mismos días, porque no había caído en ello. Ahora, revisando el archivo, he visto que arrancó (el texto era mío, debo aclarar, porque en sus inicios Divergencias lo hacíamos Óscar B. de Otálora, Iñaki Esteban y un servidor) con una quiniela sobre el inminente Nobel de Literatura de aquel año.
Mi quiniela de entonces incluía los nombres de Philip Roth y Vargas Llosa. Lo ganó Harold Pinter pero ya saben que Vargas Llosa se alzó con el premio cinco años más tarde. ¿Y mi apuesta para 2015? Les voy a dar tres nombres, a sabiendas que contienen más la formulación de un deseo que un vaticinio con grandes posibilidades de acertar. Ahí va:
1) Philip Roth, porque es incomprensible que no se lo hayan dado aún. Hace solo dos años del último Nobel en inglés (la canadiense Alice Munro), de manera que no parece probable que sea la opción de los académicos suecos. Lo sé, pero apenas veo candidatos que lo merezcan en mayor medida. Su obra es extraordinaria, se mire por donde se mire.
2) Umberto Eco. No le beneficia su última novela, recibida con mucho escepticismo por la crítica y los lectores, pero la suya es una obra que ha marcado la cultura europea del último medio siglo. Ensayista brillante, ha sido capaz de adentrarse en el terreno de la ficción, mezclando erudición con cultura popular. Han pasado ya 18 años desde el último Nobel en italiano (Dario Fo) y eso juega a su favor.
3) Adonis. Este poeta franco-libanés tiene ya 85 años y es favorito desde hace no menos de dos décadas. A la Academia sueca siempre le ha gustado especialmente la poesía y Adonis reúne numerosos ingredientes para ser premiado (incluido el geopolítico), al margen de la gran calidad de su obra.
El resultado, en una semana.