No hay un mundo más gozoso que el que se halla tras la palabra cultura. Por eso, los suplementos dedicados a ella en los diarios son remansos de paz, lugares donde refugiarse en un mundo de ideas y belleza, de talento y originalidad. Uno de esos refugios se llama Territorios y este sábado alcanzará su número 1.000.
Eso son mil semanas tratando la actualidad cultural desde todos los puntos de vista y mediante todos los géneros, siempre con el criterio de acercarla a un público amplio. Sin elitismos pero sin caer en la banalización. Eso mismo haremos en el número especial del sábado: un repaso a lo sucedido en los distintos ámbitos artísticos en estos casi veinte años y un análisis de por dónde irán en los próximos.
En estos días de celebración, que se ha visto ampliada por la concesión del premio Nacional al Fomento de la Lectura, del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, he echado unas cuantas veces la vista atrás. A los meses en los que se preparaba el suplemento y a quienes han trabajado en él en todos estos años. Muchas personas, periodistas o no, lo han convertido en lo que hoy es. Hay dos que merecen una referencia especial porque su trabajo ha sido crucial para Territorios: Carmen Gutiérrez, que lo puso en marcha, creó el primer equipo de colaboradores y le dio la continuidad necesaria; y Nieves Fontova, que manejó la maquinaria con sensibilidad, imaginación y mano izquierda durante quince años. Ambas representan a todos los que nos han traído hasta aquí. Mi agradecimiento a Carmen y Nieves –y con ellas a todos los demás– no tiene fin.
Disfruten del número 1.000. Y de la cultura. La vida con libros, música, arte, cine y ciencia es mucho mejor.