Han pasado apenas nueve horas desde que se anunció el ganador del premio Planeta, el de mayor cuantía por un solo libro de las Letras en español. El primer análisis que puede hacerse de los nombres del ganador (Jorge Zepeda) y la finalista (Pilar Eyre) es que el premio parece haber cambiado de rumbo. El dúo de este año tiene un aspecto diferente al de ejercicios anteriores. Es cierto que se trata de un hombre y una mujer, lo que ya viene a ser un clásico del galardón, y que ella es una periodista especializada en temas vinculados a la Casa Real, lo que la sitúa más o menos en la estela de algunas otros galardonados. Es en el nombre y la trayectoria del ganador donde se aprecian los mayores cambios.
Veamos: es el primer mexicano que ha recibido el premio. Solo son siete los latinoamericanos que se lo han llevado desde que se concediera por primera vez, en 1952. Alguien pensará que Planeta necesita aumentar sus ventas en América latina, después de que el premio haya perdido parte de su empuje comercial en España. Puede ser. Lo que sucede es que el ganador no responde al patrón habitual. Zepeda es un periodista especializado en asuntos políticos, que dirige y ha dirigido publicaciones impresas y digitales y ha escrito sobre el oscuro y denso mundo de la corrupción en su país. Hace un año publicó una novela titulada Los corruptores que va precisamente de eso. Un libro escrito con el buen pulso y el sentido del ritmo que caracterizan a un periodista experimentado, con dominio de su oficio. Una novela, hay que añadir, muy inquietante por lo que revela sobre el funcionamiento del aparato político en su país. Cuando apareció ese libro, tuve una larga conversación con Zepeda en la terraza del Hotel de las Letras de Madrid. Esta fue la entrevista. Al acabar, mientras recogía mis cosas y bajábamos hasta el vestíbulo me fue contando que estaba escribiendo otra novela con los Azules, los mismos personajes de Los corruptores, y que en esta ocasión estaba ambientada en parte en España. Esa era justo Milena y el fémur más bello del mundo, con la que ha ganado el Planeta.
Sospecho que salvo para un puñado de aficionados a la novela negra, el nombre de Zepeda decía poco o nada hasta anoche. De ahí que muchos entiendan que es una sorpresa que haya resultado el ganador. No he leído el libro premiado, claro está, pero estoy seguro de que será una novela con un nivel mayor a no pocas de las premiadas en años anteriores. Eso no obsta para que sus ventas, al menos en España, no sean mejores. Ese es otro tema, como bien saben. Pero el Planeta parece haber cambiado algo el rumbo y les confieso que me gusta más este que el inmediatamente anterior.