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César Coca

Divergencias

Un libro cada semana: 'El mundo de afuera' de Jorge Franco

Jorge Franco es un escritor colombiano, de Medellín, que hace unos cuantos años fue seleccionado por Gabriel García Márquez para impartir una serie de talleres literarios. Algunas de las sesiones de los mismos fueron publicadas en tres volúmenes, con el gancho de que los lectores oíamos los consejos que el Nobel daba a los aspirantes a escritor. No se advertía su presencia pero por allí cerca andaba también Jorge Franco, el autor de la novela que ha ganado la edición 2014 del Premio Alfaguara.

 

El mundo de afuera arranca con un secuestro, más concretamente con el anuncio del mismo que da a conocer la autoridad. Un secuestro por razones económicas: don Diego, un millonario de Medellín ya al borde la ancianidad, es retenido por una banda encabezada por el Mono, que pide un rescate muy elevado para ponerlo en libertad. La novela entrecruza el relato del cautiverio de don Diego con la vida banal y el trabajo completamente chapucero de sus secuestradores, mientras en distintos flashbacks conocemos cómo la víctima conoció a su esposa en la Alemania nazi y cómo su relación se fue estableciendo entre funciones de Wagner y restaurantes de lujo.

 

Pero hay más: una joven, hija del secuestrado, que ha crecido en un castillo imitación de la fortaleza de los descendientes de La Rochefoucauld, donde su padre la ha recluido para mantenerla a salvo del mundo corrupto, sucio y violento que la rodea. El Mono vive obsesionado con ella desde su niñez y nunca ha estado tan cerca como ahora que tiene al padre en su poder.

 

A mitad de camino entre la crónica negra y el cuento onírico, la novela avanza con diálogos que recogen con todo realismo el habla popular de las clases bajas colombianas y todos los usos de las mismas, desde las canciones de moda hasta las aficiones y los sueños vulgares de quienes no pueden aspirar a más. Los secuestradores son tipos desordenados, débiles con aroma de violencia y devorados por las pasiones más poderosas y primarias: el sexo, el poder y la riqueza.

 

Los lectores de Noticia de un secuestro hallarán más de un punto de conexión entre estas obras: no en los móviles de los secuestros ni en la manera de contar, sino en la caracterización de los autores del delito. En ambos casos, cualquier parecido con esos delincuentes de película, fríos, calculadores, planificadores del último detalle y con gran capacidad de reacción ante los imprevistos es pura coincidencia.

 

(Publicado en elcorreo.com)