En menos de 24 horas habrá empezado una nueva edición del Musika-Música. La número 13, que a despecho de la crisis alcanza un volumen hasta ahora desconocido de conciertos profesionales, 80, a los que hay que añadir alrededor de 40 a cargo de estudiantes de un puñado de conservatorios. Beethoven y Brahms, con una pequeña participación de Clara Schumann, tienen la exclusiva de los programas.

Musika-Música es una fiesta en el mejor sentido del término. Para cualquier aficionado a la música clásica y cualquier persona que disfrute con la cultura en general es muy estimulante ver un público compuesto por familias enteras, adolescentes, jóvenes y ancianos, circular por el Euskalduna esperando el siguiente concierto o curioseando junto a las orquestas y grupos de cámara de los conservatorios. Y, por supuesto, comprobar cómo en unas salas llenas el público goza con lo que escucha, sin preocuparse por si sabe o no leer una partitura. Solo gozando con las emociones que una obra suscita y con la belleza que siempre surge de entre las notas.

No es un acto social, como tantas veces se dice con desdén (y no siempre con justicia) de la ópera, ni un espectáculo elitista como otras tantas (también de forma completamente injusta) se achaca a los conciertos convencionales. Es solo una fiesta con un afán didáctico evidente. René Martin fue el creador de la franquicia de La Folle Journée que convierte a la ciudad de Nantes cada año en una apoteosis musical y que se ha extendido a otras ciudades de todo el mundo. En la capital vizcaína, la organiza la Fundación Bilbao 700, con Begoña Salinas al frente. Nunca estaremos lo suficientemente agradecidos a Martin y Salinas, cada uno en su papel, por tener un festival como este. Y creo que es de justicia referirme en este punto a Iñaki Azkuna, que puso un enorme interés desde el primer momento y que, cuando la Diputación -que en las primeras ediciones participaba también en la organización- se desvinculó defendió a capa y espada que el festival debía continuar, aunque el Ayuntamiento tuviera que asumir todo el coste.

Disfruten de la música. Es de las cosas más bellas que el ser humano ha producido.