El tiempo y el trabajo me han arrollado, literalmente, así que no he podido comentar algunas cosas que han sucedido en los últimos días en el ámbito de la cultura.
No me resisto a hacerlo, aunque sea de forma telegráfica, así que aquí van algunos apuntes.
1) El Gobierno vasco suprime el bono cultura pero la Diputación vizcaína lo recupera, en una fórmula no idéntica pero sí parecida. No es la primera vez que en este blog se critica alguna decisión de la Diputación en materia cultural, así que sería injusto que esta vez me callara. La decisión me parece acertada: fomenta el consumo cultural y ayuda al pequeño comercio y a los promotores de espectáculos. No entro en consideraciones políticas sobre si una Diputación lo hace y otras no. Los vizcaínos tendrán bono cultura y eso es lo positivo. Lo siento por alaveses y guipuzcoanos, pero nunca he creído en las políticas que igualan por abajo.

2) Llegó el Cervantes y lo ganó Elena Poniatowska, que fue clara favorita hace cuatro años pero de quien se hablaba poco (más bien nada) en los últimos días. Me ha llamado la atención el espacio mínimo (o directamente nulo) que algunos medios han dedicado a esta periodista y escritora de origen aristocrático que ha dado voz a los humildes. Su obra tiene, probablemente, más interés por lo documental y testimonial que por el brillo de su prosa o el trabajo de imaginería narrativa, pero justo es que los premios miren de vez en cuanto al contenido y no solo a la forma.
3) El Ministerio de Cultura se pisa a sí mismo. ¿Cómo es posible anunciar en el mismo día el Cervantes y los Nacionales de la Música? Todos esos premios están en la agenda del Ministerio desde hace mucho tiempo. ¿Nadie había observado que coincidían? Como quiera que los recursos (periodistas, espacio, tiempo) de los medios son limitados, el resultado ha sido que los premios de la Música apenas han merecido atención. Algo muy injusto para con los galardonados y la propia disciplina artística. ¿No podían haber esperado un par de días para anunciar los nombres? El grado de torpeza en las actuaciones de ese Ministerio es tan elevado que ya ni saben hacer las cosas más simples.