>

Blogs

César Coca

Divergencias

Los tópicos nacionales y la pereza intelectual

Los tópicos nos vienen muy bien, sobre todo los tópicos nacionales o regionales, como deseen. Facilitan las cosas a la hora de hacer definiciones, nos permiten chistes fáciles y hacen posible dar por sabidas cosas que en realidad pueden no ser ciertas en absoluto. De esta forma, hablamos con entera tranquilidad del salero de los andaluces, el valor de la palabra de los vascos, el carácter fenicio de los valencianos, la tacañería de los escoceses, la altivez de los parisinos, la necesidad de los alemanes de seguir a un líder, el tormento continuo que viven los rusos, la desinhibición de la que hacen gala los estadounidenses, y así hasta el infinito.

Pues bien, ustedes y yo sabemos que cuando recurrimos a una de esas expresiones estamos demostrando nuestro desconocimiento o una notable pereza intelectual. Porque esos tópicos han sido forjados muchas veces desde la nada, y otras no pueden responder, porque es imposible, a la realidad de sociedades muy complejas como son todas las contemporáneas. Eso significa que son del todo injustos. Y además somos conscientes de eso, aunque acabemos de usar uno de ellos. Todos conocemos andaluces sin una pizca de gracias, vascos que no entienden el significado de lo que es apalabrar algo, valencianos carentes del menor sentido comercial, escoceses dadivosos, parisinos encantadores, alemanes independientes, rusos confiados y anímicamente muy estables, estadounidenses tímidos, etc. No uno ni dos, sino muchos. Porque nuestras sociedades son así.

Conviene que dejemos de usar esos tópicos. Ya no definen a esas sociedades a las que creemos clasificar con una frase. En realidad, nos definen a quienes los usamos. Y quedamos muy mal en esa definición.