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César Coca

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Ningún fin de semana sin música: la Sonata Primavera de Beethoven

Parece que por fin ha llegado la primavera, así que es el momento oportuno para escuchar la Sonata para violín y piano Nº 5 (subtitulada precisamente así, Primavera) de Beethoven, compuesta entre 1800 y 1801. Se trata de una de las grandes obras del compositor para esta combinación instrumental de violín y piano y es, junto a la Kreutzer, la más conocida de la colección. Está compuesta casi al mismo tiempo que la Sinfonía Nº 1, lo que revela que Beethoven ensayó primero con las sonatas para piano y para violín y piano, antes de entrar en obras de mayor dificultad.

En esta primera etapa de su producción, Beethoven tiene un estilo fresco, ligero, heredero claramente de Mozart y Haydn. Es la época en que aún no se ha convertido en un tipo arisco. Pocos años antes de emprender esta obra, había propuesto matrimonio a Magdalena Willman, pero ella no aceptó. Fue el primero de una serie de romances, en general con mujeres de la nobleza y en algún caso con  casadas. En años posteriores, Beethoven cosechó un rechazo tras otro. A veces, por la diferencia de clase. Otras por el temor de ellas ante la figura de un hombre que ya en 1801 estaba gravemente preocupado por su creciente sordera y que incluso había pensado en el suicidio, según dejó escrito en el Testamento de Heiligenstadt, terminado apenas unos meses después.

Uno de los mayores misterios de su vida está en la carta a la Amada Inmortal, que ha dado pie a todo tipo de elucubraciones. La carta es de 1812 y según las últimas versiones iba a dirigida a Antonie Brentano, una mujer casada y con hijos de la que se alejó para no causar problemas mayores. En todo caso, hay una película bastante aceptable que aborda ese tema de la carta y que nos permite escuchar música de Beethoven. Que no hace falta disculpa para ello, pero nunca viene mal.

 

(Les dejo la Sonata Primavera. La versión es de Anne-Sophie Mutter y Lambert Orkis)