La cultura no existe. Es un invento que no tiene reflejo alguno en la vida real. ¿No me creen? Pues si es así, díganme por favor qué han oído respecto de política cultural a cualquiera de los candidatos. Nada, ni una palabra. No sigo los mitines en vivo pero no veo nada reflejado en las noticias de prensa. Ayer seguí el programa Salvados y no oí a Rajoy ni Rubalcaba nada al respecto, aunque en su descargo hay que decir que nada se les preguntó. Debe ser porque Jordi Évole entiende que no preocupa esa cuestión, o porque en el montaje de las entrevistas esa parte se quedó fuera. En cualquier caso, el resultado fue que ambos hablaron de empleo, fraude, aborto, matrimonio homosexual, terrorismo, corrupción, impuestos… que no son pocos temas. Pero no de cultura. Y, a una hora larga del inicio del debate en TV, me arriesgo a adelantar que no dedicarán ni 20 segundos a este asunto.
De la cultura lo único que se sabe es que van a recortar sus presupuestos. Sin pensar mucho en lo que ello supone. Ojo, entiendo que si hay que apretarse el cinturón habrá que hacerlo en todos los capítulos, pero lo que ya no comparto es que los recortes sean muy superiores al resto. En alguna Administración multiplican varias veces la media.
Estamos corriendo un riesgo muy grande, porque el patrimonio material e inmaterial de la cultura es algo que debemos dejar a las siguientes generaciones. Su empobrecimiento es empobrecimiento educativo, es agostamiento de un sector industrial que da empleo a mucha gente, es quedarnos indefensos ante la colonización cultural… Y no parece importar demasiado a quienes quieren mandar. Malos tiempos. Insoportable levedad.