Algún día habrá que reconocer el mérito de las redes sociales… a la hora de poner de moda palabras que estaban en desuso. Una de ellas es evento. Si hace diez años alguien llega a sacar en una conversación ese término, sus interlocutores lo habrían tomado por un cursi o un antiguo. Nadie hablaba de evento a finales del siglo XX. Ni mucho antes. Recuerden el texto de Antonio Machado en su Juan de Mairena, cuando el profesor de Retórica pide al alumno que ponga en forma poética “los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa” y el muchacho escribe “lo que pasa en la calle”.
Pues bien, ahora a través de las redes sociales no se organizan encuentros, fiestas, citas, reuniones; se organizan eventos (por cierto, una acepción aprobada por la Academia pero que es propia de algunos países latinoamericanos). Me resulta por lo menos curioso escuchar a jóvenes capaces de hablar a destajo sin usar más de 200 palabras con el término evento todo el día en la boca. “Me han invitado a un evento”, “había un evento”, “no fue nadie al evento”, “hay varios eventos para hoy”, “trabaja como organizador de eventos”, “se perdió el evento”… y así hasta el infinito y más allá.
Pero es que además su uso se está extendiendo. Hoy he visto en un informativo de TV un reportaje sobre la erupción junto a la isla de El Hierro y en él salía un especialista que se refería al fenómeno sísmico que tanto preocupa en las últimas horas como “el evento”. Tiemblo ante la perspectiva de que a alguien, en tuenti o donde sea, se le ocurra poner de moda otro término.