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César Coca

Divergencias

El sector del libro se la juega hasta fin de año

El sector editorial afronta el último tramo del año con la intranquilidad de no tener los deberes hechos y jugarse sus resultados con unas cartas no sé si demasiado buenas. Buenas, en el sentido de comerciales, por supuesto. El asunto está en que el libro lleva tres años difíciles por la crisis económica. No es ni mucho menos el sector que peor lo está pasando, pero no cabe duda de que encadenar semestre tras semestre de debilidad general termina haciendo mella en cualquier actividad, por abrigada que esté.

Lo curioso es que cuando empezó el terremoto, en la segunda mitad de 2008, se oyeron dos voces bien distintas. Por un lado, la de quienes decían que podía venirle bien, porque no hay regalo ni rato de ocio más baratos que un libro. Por otro, los pesimistas advertían de que la cultura es una de las cosas de las que primero se prescinde cuando hay que rascarse el bolsillo, sin olvidar que existen las bibliotecas para leer gratis. La realidad se ha situado en un punto medio. La crisis no ha beneficiado al sector pero tampoco lo ha arrasado. Ni ha tratado a todas las editoriales de la misma manera. Las que juegan al best seller siguen viviendo con el corazón en un puño, pensando cada mes si tienen un bombazo que lanzar al mercado. Las que trabajan para el lector con más poso confían en una trayectoria y en un catálogo de interés antes que en un título concreto.

No obstante, las cifras globales se ven afectadas por la combinación entre la tendencia general -de decaimiento, aunque no grave- y el lanzamiento al mercado de libros con mucho gancho comercial. Y ese cruce no parece dar una expectativa especialmente buena para lo que queda de año por lo que me cuentan en el sector.

¿Cuántos libros de previsible gran venta van a lanzarse al mercado de aquí a Navidad? La lista de novedades contiene títulos que interesarán a los degustadores de buena literatura (ahí están Eco, Carol Oates, Fuentes, Houellebecq, Rushdie aunque sea con un texto para niños y adolescentes, y algunos más) pero títulos de los que superen digamos los 70.000 ejemplares no parece que vaya a haber muchos. Es más, salvo sorpresa, solo estarán el último Alatriste de Pérez-Reverte y el que se alce con el Planeta. Porque King, Connelly y Grisham se moverán en cifras interesantes pero inferiores a esas. Es decir, que las ventas del sector pueden salvarse solo si muchos libros obtienen un mediano éxito, porque parece descartable que haya cinco o seis con gran tirón. Habrá que estar atentos.