Me llegan dos libros con sendas recopilaciones de poesía y relatos de Borges (Ed. Lumen). Y veo en una revista que van a publicarse o acaban de salir ya discos en homenaje a Alfred Brendel, que ha cumplido 80 años, y Martha Argerich, que hará 70 en breve. Se trata de álbumes (Deutsche Grammophon y Decca) con varios compactos que recogen algunas de sus mejores grabaciones.
En este momento de la industria cultural que vivimos, en el que un libro o un disco duran unos pocos días en la mesa o los estantes de novedades para pasar enseguida a un segundo plano y desaparecer de las tiendas en muy pocos meses, me parece que las reediciones de los grandes son no solo un acto de justicia sino también la oportunidad para recuperar obras o interpretaciones de primera.
Ahora bien, ¿qué consideración tendrán esas recuperaciones para los lectores y los aficionados a la música de hoy? ¿Valen más unas grabaciones de los años setenta del ascético Brendel o la incendiaria Argerich o lo último de alguna joven y atractiva pianista de hoy mismo? ¿Tiene más gancho comercial el viejo Borges, hermético a veces, escasamente piadoso siempre (recuérdese su comentario sobre la literatura de Sabato), o uno de estos escritores modernos, aficionados a la nocilla, que brillan en los escaparates?
Estoy sumido en la duda. Por si acaso ustedes también lo están, les dejo un vídeo de una jovencísima Martha Argerich tocando la Polonesa Heroica de Chopin.